CONCLUSIONES
El Colegio profesional de Economistas de Asturias ha presentado el informe anual del Económetro 2025, elaborado junto a la Universidad de Oviedo y con el patrocinio de Caja Rural de Asturias y el Grupo Lener.
El Índice de confianza del Económetro Asturias (ICEA) 2025 toma valor negativo de -0,85 puntos, en una escala de -100 a 100, lo que refleja una percepción global de mínimo pesimismo o desconfianza, muy cercana ya un incipiente optimismo o confianza, en el colectivo de economistas del CEA respecto a las expectativas de evolución futura de su economía particular y de la de Asturias en su conjunto.
El I-CEA 2025 mejora las expectativas del año pasado (ICEA 2024=-2,57), y lo convierte en el mejor dato de toda la serie histórica del Económetro. Sin embargo, los índices parciales muestran dos tendencias contrapuestas.
Por un lado, tendencia positiva, y expectativas ligeramente mejores que las del año pasado, en lo que respecta al futuro inmediato de la economía de los hogares (2,45 en 2025 frente a 1,66 en 2024; +0,79 puntos) y, especialmente, de la confianza en su capacidad de ahorro (23,6 en 2025 frente a 12,62 en 2024; 10,98 puntos más).
Por otro, tendencia negativa, y expectativas ligeramente peores que las del año pasado, en cuanto al futuro de la economía asturiana en su conjunto (-20,15 en 2025 frente a -19,27; 0,88 puntos menos) y a su capacidad de generar empleo (-9,3 en 2025 frente a -5,32 en 2024;3,98 puntos menos).
El 80,3% de estos economistas afirma que su situación económica personal es igual o mejor que hace 12 meses. En un porcentaje levemente inferior, el 76,5% estima que dicha situación será igual o mejor dentro de 12 meses.
Cabe valorar muy positivamente estos porcentajes respecto a los del Económetro 2024. La satisfacción con la situación económica personal aumenta en casi siete puntos porcentuales (del 73,4% de 2024 al actual 80,3%), mientras que el aumento en el optimismo respecto a la que se espera tener en 12 meses es más limitado e inferior al punto (del 76,5% de 2024 al 77,3% actual).
La mayoría de economistas consultados percibe que la situación económica de Asturias es igual o mejor que la de hace un año (así lo afirma el 55%), pero ya son menos de la mitad los que esperan que en 12 meses sea al menos igual o si cabe mejor (apuntado por el 46,7%).
En consecuencia, la comparativa con los datos del Económetro 2024 arroja una de cal y otra de arena. Hace un año, la percepción de satisfacción con la situación en ese momento de la economía asturiana era inferior a la actual (50,5% frente al actual 55%), pero respecto al futuro era superior y mayoritaria (52,1% frente al 46,7% actual).
En la misma línea, la mayoría de los economistas analizados (el 58,4%) cree que la tasa de desempleo en Asturias durante el próximo ejercicio seguirá como hasta hora o disminuirá un poco o mucho. Respecto al Económetro 2024 este dato ha evolucionado ligerísimamente de forma negativa. Si en la pasada edición del informe esta percepción era compartida por el 59,1% de la muestra en la actualidad es compartida por un porcentaje mínimamente inferior, hasta descender al 58,4% ya señalado.
En un porcentaje muy mayoritario, el 64,4% de dichos economistas, casi dos de cada tres, está de acuerdo con que será posible el ahorro en el hogar durante los próximos 12 meses. De nuevo, la comparativa con el Económetro 2024 resulta, en este caso, sumamente positiva. Si hace un año, este porcentaje representaba al 57,8% de los economistas consultas en el estudio, en la actualidad lo es ya por un muy mayoritario 64,4%; siete puntos porcentuales más que en 2024.
El 73,3% de los economistas encuestados señalan la presión fiscal como uno de los tres principales factores de competitividad de la economía asturiana; el 19% de quienes jerarquizan su selección lo señala como el principal. Tras este factor se sitúan el precio de la energía (53%) y, ya en menor medida, los costes salariales (46,3%) y las infraestructuras y comunicaciones (42,5%).
Este ranking de prioridades altera el de la edición previa. La presión fiscal acrecienta su rol de principal preocupación (del 68,8% al 73,3%), mientras que el precio de la energía asciende un puesto (del 51,4 % al 53%) en detrimento de las infraestructuras y comunicaciones que desciende al cuarto lugar al caer en casi 11 puntos (del 53,4% al 42,5%) la preocupación que genera en la muestra analizada.
Por su parte, los costes salariales ascienden desde la cuarta a la tercera posición (del 39,9% al 46,3%). Del resto de factores, se constata también mayor preocupación por el I+D+i (del 15,3% al 19%) y una cierta estabilización de la existente respecto al acceso a la financiación (18,3%) y el nivel de formación (17,7%).
Por otra parte, en el Económetro se analizan cuestiones que afectan de forma significativa a la economía asturiana en la actualidad. En concreto, en esta edición se ha preguntado por las expectativas de evolución de los tipos de interés, el 50% de los economistas del CEA consultados, uno de cada dos, cree que los tipos de interés oficiales continuarán reduciéndose durante el año 2025, aunque no significativamente, con un 2,6% adicional que señala que sí que lo harán de modo significativo. Por su parte, un 34,7% percibe que se mantendrán en los valores actuales, mientras que sólo un 12,7% anticipa una subida moderada de los mismos.
En segundo lugar el 42,7% de los encuestados afirma con seguridad quela propuesta de reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales puede tener como consecuencia una menor creación de empleo. Un 28,3% lo cree probable.
El 29% restante no contempla que se vaya a dar esta consecuencia: el 23% no lo cree probable, mientras que el 6% lo niega con seguridad.
En tercer lugar la práctica totalidad de los economistas considera que la reciente subida de aranceles a las importaciones del nuevo gobierno de Estados Unidos tendrá efectos negativos (el 72%) o muy negativos (20,3%) sobre la industria y economía asturiana. Tan sólo un 6% afirma que no afectará, siendo ya escasísimos quienes señalan que afectará positiva (1,3%) o muy positivamente (0,4%).
En cuarto lugar el 36% establece como medida prioritaria para el fomento del alquiler de vivienda a precio asequible la concesión de avales públicos que garanticen el cobro a sus propietarios. Un 21,7% adicional señala como mejor opción el incremento de los beneficios fiscales a los mismos.
Con porcentajes similares, un 19,7% apuesta por los incentivos fiscales a promotores de vivienda de protección oficial o alquiler asequible, y un 17,3% por la limitación de viviendas dedicadas al alquiler turístico. Por último, tan sólo el 5,3% apunta como opción el aumento de gravámenes sobre las viviendas desocupadas.
Por último las áreas para las que la mayoría considera prioritario incidir en la educación financiera de la ciudadanía son “nominas y facturas” (señalado por el 50,3% como una de las tres prioridades; para el 30% la principal) y “productos financieros cotidianos” (52,7%; para el 15,7% la principal). Entre ambas, “el emprendimiento y la cultura empresarial” (primera opción para el 20% y una de las principales para el 37,7%). Las siguientes áreas serían: “impuestos” (43,7% y 11%), “tipos de interés” (38,7%, aunque tan sólo es la principal prioridad para el 3,7%) y “funcionamiento del sistema económico y financiero” (36,7% y 14,7%). Finalmente, se apunta a las “pensiones y cotizaciones sociales” (23,7% y 3,7%) y a las “inversiones y mercados financieros” (16,2% y 1,2%).
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